Soy Penélope, no espero a Ulises;
sé que no va a volver.
Ahora me veo obligada a viajar :
andar y deshacer lo andado
tejiendo y destejiendo,
sin esperanza y con dolor ...
Atesoro labor; huellas
de manos femeninas que no descansan,
Pruebo a teñirlas de negro
y se vuelven rotundas, serias,
como las mujeres vestidas
de negro pardo, desgastado,
De luto interminable
tan de la España Profunda.
Esa España de velos y oraciones,
atemorizada, suplicando perdón
por pecados no cometidos.
Capilla de dignidad, duelo y protesta,
puntillas y vainicas, de manos limpias,
de cada uno de los días
de toda su vida...